La llegada de Aranel

Aranel es el nombre que decidimos colocarle Idril y yo a nuestra hija, y su significado es princesa. Este era uno de los tres que teníamos en la baraja a la espera de conocer su sexo.
El pasado mes tuvimos la oportunidad de verla en una ecografía 3D y además escucharle el corazón latir, demasiado rápido según me pareció. Era la segunda vez que la veía y en esta ocasión el conocimiento fue mucho más profundo, puesto que el médico nos mostró toda su formación ósea primero, vi sus costillas, la columna vertebral, los brazos y las piernas, las cuales las tenía levantadas ubicando sus pies encima de la cabeza, lo que no nos permitió detallarle el rostro completamente, a pesar de las cosquillas que le hicimos para que se moviera y no lo hizo.
Luego comenzó el rastreo por los órganos internos, y vi la sangre fluir por sus ventrículos, a través de los riñones y su formación cerebral. Después pasamos a la formación externa y fue ahí en donde no nos dejó observar bien su rostro que era una de las cosas que más queríamos.
Ya con la tranquilidad de saber que estaba bien en su formación física interna y externamente, y de saber que sería una niña he empezado a soñar en lo que viene y la forma como deseo que se eduque, además de los planes que como padre se empieza a preparar para ellos.